Muchos jóvenes esperan con ansias ponerse al volante. Todos hemos estado en esa situación: ya sabes, contar ansiosamente los días que faltan para cumplir los 16 años para poder hacer el examen y obtener la licencia de conducir. Ahora que somos padres, ¿seguimos sintiendo la misma emoción de los dulces 16 ? Estamos ansiosos por que conduzcan hasta el centro comercial o para practicar. Pero, ¿a quién engañamos? Nuestro hijo y las cuatro ruedas son exactamente la razón por la que nos pasamos toda la noche caminando de un lado a otro.
Y para ser justos, niños, sabemos que la nueva libertad es fantástica, pero la primera vez que estás solo en la carretera también puede dar miedo: de repente te das cuenta de que no hay instrucciones allí. ¿Sabes qué hacer si otro conductor te culpa?
Si bien los programas de licencia gradual y de educación para conductores ayudan, lleva tiempo adquirir confianza al volante. En definitiva, ninguna práctica ni regulación puede reemplazar la participación de los padres.