Las ventas de vehículos eléctricos revelan secretos sucios sobre los estados

En lo que respecta a la adopción de vehículos eléctricos, los últimos años muestran una tendencia prometedora. El lado desafortunado de esto es que la tasa de adopción está enormemente limitada hacia ciertos estados y representaciones políticas. Hay una cantidad significativa de estados que no parecen estar haciendo lo que les corresponde.

En un problema tan acuciante como el cambio climático, eso no es bueno. No importa cuánto reduzca las emisiones el noroeste del Pacífico si los automóviles del sureste siguen emitiendo gases de efecto invernadero. Afortunadamente, no todo está perdido. En realidad, todo lo contrario: todavía hay tiempo para que los estados que se están quedando atrás se pongan al día. Con el lanzamiento de cada año de más vehículos eléctricos, junto con una mayor presión para que se ofrezcan incentivos y créditos fiscales para fomentar la compra, es probable que estos estados pronto puedan hacer la transición a los vehículos eléctricos con mayor facilidad.

Los descuentos y programas funcionan. California, el estado líder en participación de mercado de vehículos eléctricos, ofrece un descuento de hasta $7,000 cuando alguien compra o alquila un vehículo híbrido enchufable, de pila de combustible o totalmente eléctrico. Colorado, Washington y Connecticut, entre otros, también ofrecen programas similares.

La creación de una nueva industria está resultando un desafío, pero es un problema que debe abordarse para lograr un mundo más ecológico. El problema en muchos estados que tienen una participación de mercado menor es la falta de incentivos (privados, estatales o federales) y de infraestructura adecuada para el uso diario de un vehículo eléctrico. Antes de que los vehículos eléctricos puedan llegar a ser una opción generalizada, debe existir la infraestructura necesaria, como estaciones de carga. Para justificar esta inversión, las empresas necesitan una razón para esperar que más personas adopten los vehículos eléctricos. En estados como Arkansas, donde la economía ya no está funcionando muy bien, puede ser difícil encontrar espacio en el presupuesto para incentivar los vehículos eléctricos o construir la infraestructura necesaria.